Escrito por Mark Millar
Dibujado por John Romita, JR.
Traducido por Gonzalo Quesada
Publicado por Panini Comics
Recomendado para jóvenes lectores
(La portada del libro reza: “Recomendado para
lectores adultos”)
Narración gráfica – Novela gráfica
Hubo una época en la que los superhéroes
eran unidimensionales, cowboys con sombreros blancos dedicados a defender e
imponer el bien. No había tono de gris en aquel entonces, solo el viejo blanco
y negro. Con el tiempo, su concepción ha ido avanzando, complejizándose, dando
lugar a la aparición de antihéroes, e incluso de cambiacapas temporales, como
los que aparecen en el Suicide Squad.
No héroes que hayan dedicado su vida a
serlo, sino criminales obligados a realizar acciones heroicas, acciones que
nadie más realizaría. Al día de hoy, en
una realidad que reta de forma frontal a la ficción, existen en el mundo
personas que portan disfraces con el fin de ayudar a ancianas a cruzar las
calles, bajar gatos de los árboles, o conformar grupo de vigilantes en las
calles, colaborando con la policía o con grupos de vigilancia policiales.
Recuerdo que en Colombia, hemos llegado a tener a un hombre que reparte pan a
habitantes de la calle, verbigracia Súper Pan (http://www.vanguardia.com/santander/bucaramanga/video-255398-super-pan-un-heroe-bumangues-que-ayuda-a-los-habitantes-de-la-cal)
y un promotor de lectura que se ponía un traje decorado con las letras del
alfabeto autodenominado Leomás (http://enlap.blogspot.com.co/2014/12/leomas-superheroe-de-lectura.html).
Kick-Ass
asume la posibilidad de un mundo donde los
aspirantes a héroes aún no hayan surgido, un mundo en donde un nadie en la
escuela toma la decisión de patrullar las calles y defender al ciudadano
corriente de los criminales, un mundo donde el héroe no surge de las cenizas de
una familia o se ve obligado por la fuerza del Destino a enfrentar fuerzas
extraordinarias, no. El protagonista es un adolescente con todas las
circunstancias de los adolescentes. Es decir, hormonal, iluso e impulsivo, todo
ello a pesar de sus buenas intenciones. Así, armado de dos cachiporras Kick-Ass
sale y se estrella contra el mundo, o al menos con un cuchillo y unas botas
furiosas que se estrellan contra su cuerpo. Esa será su ceremonia de
iniciación. El resto difiere en aspectos importantes de lo que se puede ver en
la película, ante todo porque no se glorifica al superhéroe. Millar y Romita,
Jr., se mofan de las intenciones de los superhéroes, los enlistan como
fascistas y Republicanos, los hacen hijos del tedio y de la necesidad de ser
únicos y diferentes en un mundo que pretende uniformarnos a todos, aun siendo superhéroes.
El resultado es una orgía de sangre (por
eso la advertencia que reza en la portada) y de violencia, donde la decisión de
hacer el bien no redime, así como la venganza es la única posibilidad de poner
algo de orden en el caos, pero a costa de las propias esperanzas, de una
porción de su propia alma. No hay esperanza alguna para los superhéroes, quizás
solo la posibilidad de volver a la normalidad.
Por supuesto, esta es solo una de las
tantas lecturas posibles.
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