Escrito e ilustrado por Peter Brown
Traducido por Luis Bernardo Pérez
Editado por Océano – Travesía
Recomendado para los pequeños
Libro álbum
Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.
Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.
como las leves briznas al viento y al azar.
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonríe.
La vida es clara, undívaga, y abierta como un mar.
Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.
Así dice Porfirio Barba Jacob en su Canción de la vida profunda, donde
reconoce al ser humano como una criatura de múltiples posibilidades y múltiples
facetas. Así sucede un poco en El señor
Tigre se vuelve salvaje.
La obra de Brown se ubica en un espacio donde
los animales viven unos con otros en lo que se asemeja a una sociedad victoriana.
Vemos así a zorros, rinocerontes y topos vestidos con abrigo, saco y corbatín
junto a elefantas y conejas, con púdicas blusas y largas faldas. Así, una
rígida educación permite convivir a carnívoros y herbívoros en una misma ciudad
plena de grises y ocres. En ese espacio habita el señor Tigre, quien un día
siente que necesita… aligerarse un poco, quizá soltarse, sentirse un poco más
él, más libre, más salvaje.
Ese fue el inicio de un cambio que conmovió las
bases de toda su sociedad, al punto que fue invitado, cordialmente, a irse a la
selva, donde el señor Tigre se sintió un poco más a gusto, bastante a gusto,
muy a gusto, a decir verdad.
El
señor Tigre se vuelve salvaje es
un canto al inconformismo y el rompimiento de las normas rígidas en las que nos
movemos; es un llamado a romper los estereotipos en los que nos movemos, pudiendo
llegar incluso a romper con lo que hasta el momento nos rodea, pues, al fin y
al cabo, no se puede hacer una tortilla sin quebrar un par de huevos.
Por otro lado, esta obra de Brown, junto con Un monstruos viene a verme y Donde viven los monstruos, por mencionar
un par de títulos, es un llamado a las posibilidades creativas y sublimadoras
de la ira, uno de los sentimientos más temidos en nuestra sociedad actual, más aún
cuando se espera que todas las personas piensen lo mismo, se enlisten en las
mismas causas y defiendan o ataquen los mismos hechos. El señor Tigre siente la
llamada de lo salvaje, llamada a la que responde con jovialidad y tranquilidad,
sabiendo de antemano que tendrá que hacer algunos sacrificios para poder vivir
de la manera que quiere. Así, el señor Tigre no solo es salvaje, si no, más
peligroso aún, un salvaje coherente.
El
señor Tigre se vuelve salvaje es
un libro precioso, tanto en su texto gráfico (es hermoso el contraste del
naranja con el gris y el ocre) como
alfabético, que merece ser leído una y otra vez y que, estamos seguros,
generará muchas preguntas.
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