Escrito
por Alan Moore
Ilustrado
por Kevin O´Neill
Traducido
por Diego de los Santos
Editado
por Planeta Cómic
Recomendado
para Lectores en marcha
Narración
gráfica
En 20.000
leguas de viaje submarino Julio Verne creó uno de los personajes más
emblemáticos de la literatura de aventuras y de ciencia ficción, el Capitán
Nemo. Tanto que aún quien no haya leído la obra de Verne, sabe qué es el
Nautilus y reconoce el nombre de su capitán. Tan importante fue Nemo, que
también apareció en otra obra del autor, La
isla misteriosa. Su nombre es un pseudónimo tras el que se esconde alguien
que reniega de la sociedad y decide alejarse de ella, en busca del
conocimiento, de la soledad; ganándose, de paso el corazón y la lealtad de
quienes conocen.
Alan Moore recupera el personaje para su
narración gráfica, La liga de los
caballeros extraordinarios y para esta obra homónima. Sin embargo Nemo: corazón de hielo, no se centra en
el capitán, sino en su hija, quien ha heredado el mando del Nautilus, y con él,
la lealtad de toda su tripulación. Así, escapando de quienes les persiguen
después de haber robado a una sádica y poderosa reina, quien es venerada casi
como una diosa, la capitana Nemo entrará en el mismo reino ya recorrido por su
padre, la Antártida. Aquí, Moore, quien homenajea a Twain, Haggard, Stevenson y
Stoker, entre otros, en su Liga de los caballeros extraordinarios, realiza un
gran homenaje a la obra de H. P. Lovecraft, particularmente En las montañas de la locura.
Así, Nemo y su grupo se adentrarán en un
reino escabroso, más allá de los límites de su imaginación. Periplo en el que
la Capitana Nemo aprenderá un poco más de su padre, a quién comienza a respetar
más y entender cuál es la verdadera medida de los zapatos que comienza a
calzar.
Nemo:
Corazón de hielo es una delicia para quién ha leído las obras de Verne y de
Lovecraft. Así mismo, las referencias a las obras de los autores ya mencionados
son un elemento adicional para el lector recorrido, pero huelga decir que quien
no las capté se encontrará con una narración plena de asombro y de maravillas.
Por otro lado, debe subrayarse que O´Neill
realiza un cuidadoso trabajo traduciendo a imágenes la imaginería de Moore, y
sabiendo transmitir al lector todo el horror y claustrofobia de aquestos
pasajes antárticos.
Por último, como lector si me hubiese
gustado saber, cuál es el lugar de este título dentro de la serie. Pues aunque
es claro que se puede leer de manera independiente, si queda una idea de algo
incompleto, de que hay que seguir cierto orden para entender del todo lo que
está sucediendo.
Con todo,
Nemo es un buen relato, de esos que se leen de un tirón, pero al que volvemos
una y otra vez a hacer descubrimientos y a recordar el lugar de la infancia y
lo maravilloso.
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