LA CHÉ. Un día a la vez.


Autora: Cecilia Ramos
Editado por: RAES Editores
Recomendado para: Lectores en marcha
Narración gráfica

     Todo empezó con la tira cómica. Si fuésemos a ser estrictos con la cronología podríamos retrotraernos a las pinturas en las cavernas o a los jeroglíficos egipcios o a la pintura. Sin embargo, si queremos ser sensatos, la historia de la narración gráfica contemporánea inicia con la tira cómica, con el intento de los periódicos de distraer por un momento a los desempleados, quienes compraban el periódico, principalmente, por los clasificados. Así, surgirían títulos como The Yellow Kid (1896) o el memorable Benitín y Eneas (1907), que retrataban la vida cotidiana de los protagonistas (Little Nemo in Slumberland no lo incluimos por obvias razones). Las historietas de aventuras y de superhéroes solo se popularizarían hasta, aproximadamente, 1929, tiempo desde el cual superhéroe se hizo sinónimo de historieta.

     Sin embargo, una nueva generación de mujeres como PowerPaola, Agustina Guerrero, Alejandra Gámez y Cecilia Ramos, entre tantos otros nombres, comenzaron a poner en dibujos sus vidas cotidianas, a veces en clave de drama, a veces en clave de farsa y, a veces, como es el caso de esta obra, en clave de humor.

     En comparación con los nombres anteriores, la obra de Cecilia Ramos, creadora de La Ché, es relativamente nuevo, y, al igual que algunos de los nombres ya mencionados, su obra se comienza a conocer a través de las redes sociales. Ramos es una mujer caleña, joven, simpática, extrovertida, diseñadora gráfica, desparpajada y madre de una hija que ha ingresado en la edad maldita de la adolescencia. Su experiencia, muestra también el lado más brillante y aprovechable de la red, pues mientras otros autores, por ejemplo Bill Watterson, han tenido que luchar contra las restricciones de los medios impresos de comunicación o han buscado durante mucho tiempo quién conozca y de un espacio a su obra, los nuevos artistas gráficos se dan a conocer y construyen su propio ecosistema a través de las redes sociales.

     El resultado en muchos casos es desigual. Agustina Guerrero, por ejemplo, bien puede publicar a través de su perfil de Facebook viñetas de su próxima obra o de su último contrato comercial. Esto, para ser justos, también sucede con otros narradores gráficos como Liniers o Alberto Montt.

     Más allá de las redes sociales empero, La Ché. Un día a la vez sale a la luz cuando Ramos gana la Beca para publicaciones, cómic o novela gráfica, Estímulos Cali 2016. Así que, si los premios funcionan como todos imaginamos que idealmente funcionan los premios, la obra de Cecilia Ramos se concreta en el mundo impreso debido al resultado de su mérito y esfuerzo. El resultado en el caso de Cecilia Ramos es un producto fresco, ameno, cotidiano y, sobretodo, divertido.  

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