Autor: Jonathan Franzen
Traducido por: Ramón Buenaventura
Editorial: Seix Barral
Recomendado para: Grandes lectores
Novela
Hay tres formas de entender el término
corrección en este libro. AL menos tres que haya captado. El primero de ellos,
el más evidente se relaciona con la corrección de un guion, el segundo con la
corrección entendida como un concepto propio del mercado bursátil y que tiene
que ver con un movimiento contrario al esperado y, tercero, como una forma de
construirse en oposición a un modelo, a una forma de vida al lado de la cual se
ha construido la propia.
Las
correcciones de Jonathan Franzen es
un libro implacable con sus personajes, los Lambert, una típica familia norteamericana en donde todos terminan siendo
derrotados, de una u otra forma; en donde todos son aplastados por el mundo en
el que se hallan inmersos. Así, el patriarca, un hombre correctísimo se ve
hundido en el Parkinson y la demencia senil poco a poco, arrastrando a su
esposa con él. Por otro lado tenemos a los tres hijos: Chip, un académico que
no tiene ningún sentido de responsabilidad ni de noción de futuro; Gary, quien
se sumerge en la depresión y la rabia; y, por último, Denise, una brillante
chef con una vida sexual conflictiva y desorientada en torno a una sed afectiva
que no sabe situar en nada ni nadie.
Por otro lado, no es un libro donde sucedan
cosas, pues la mayor parte de los acontecimientos tienen lugar dentro de las
cabezas de los personajes, rescatando de esta forma la novela psicológica. Es
notorio, en este orden de ideas, como los pensamientos, reflexiones, ideas
maníacas, se emplean para reflejar un mundo cambiante que va deteriorando a
todos con el paso del tiempo.
Las correcciones
es así mismo una novela cebolla, de esas que se terminan de leer pero a las
que al volver a ellas se puede encontrar un nuevo cúmulo de significados, de
relaciones y diálogos a pie de página, con el lector y con el mundo.
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