LA ICONOGRAFÍA RUSA


Texto y compilación: Galina Klókova
Fotografías: Sergueï Alexeev, Stanislav Zimnokh, Nikolaï Alexeev & Sergueï Petrov
Traducido por: Varvara Mikhalkova
Editorial: Novosti
Recomendado para: Lectores en marcha
Libro de arte

Hay libros que no son fáciles de conseguir y que no se espera que lo sean. Se trata de libros muy especializados, raros, limitados o costosos. Por lo general no se les ve en cualquier librería, o ni tan siquiera se les busca; se trata de libros que en muchas ocasiones admiramos, nos deleitan, pero que no sentimos como propios. Incluso, podemos llegar a sentir que no terminan de cuadrar en nuestras bibliotecas. Sin embargo nos gustan, nos atraen y quisiéramos convidarlo por un largo tiempo para admirarlos de cuando en vez.
Por fortuna, para estos libros hay un lugar llamado biblioteca pública. En mi caso, esa biblioteca es la inmensa Rede de Bibliotecas del Banco de la República, por medio de la cual puedo acceder a cualquier libro de cualquier biblioteca o centro de documentación del país con tan solo cancelar una cierta cantidad de dinero anual. La cifra, si se la mira con detenimiento, es irrisoria. Más aún, cuando en mi calidad de docente de una institución educativa no cancelo un solo centavo, porque es la institución la que se ha afiliado para que cualquiera de sus miembros pueda acceder al servicio. Más aún, no sólo se pueden pedir libros de Bogotá, Manizales o Mitú; también se pueden solicitar música y películas.
Así, por medio de este servicio, pude llegar a La iconografía rusa. La iconografía es una de las formas de arte más representativos del pueblo eslavo y, si nos atenemos a lo que dice el libro, comienza en el año 988 D.C. y se ha extendido incluso a nuestra época, a través de la reinterpretación de ciertos cánones, de ciertos arquetipos de Cristo, María y algunos santos.    
Antes de continuar, conviene saber que se trata de arte, no de creencias religiosas. Por supuesto, no se puede ignorar que alnas creencias deploran la representación de figuras sagradas, pero en este caso, estas figuras se insertan en una fe que lo permite y lo aprueba. Más aún, quienes no creemos podemos ver en ellas elementos estéticos que nos conmueven, que tocan nuestro espíritu, bien sea por la habilidad artística, por la habilidad técnica, o simplemente porque algo, incognoscible para nosotros mismos, nos toca.
La iconografía rusa  es un libro singular además, porque está editado en tres idiomas (francés, español e italiano) con una presentación general y una descripción básica de cada uno de los cuadros, sembrando la curiosidad en el lector del común y permitiendo repasar ciertos elementos en el lector especializado. En este orden de ideas, este libro puede funcionar a varios niveles, tanto para lectores que apenas se están construyendo (sin importar su edad), como para lectores con gustos ya determinados en materia estética. En este sentido, no sólo los libros álbum pueden ser entradas al mundo del arte, los libros de arte, también pueden, insisto con el deben, ser entradas al mundo del arte.    

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