Imágen tomada de: piezasdeaocho.blogspot.com |
De la misma
manera, al aplicar el epíteto de Literatura Juvenil, podemos encontrarnos con
dos divisiones principales. A la primera de ella correspondería aquello que se
considera se ha escrito para jóvenes; en tanto en la segunda se puede
considerar todo aquello que los jóvenes se han apropiado como suyo.
En el primer
caso encontraríamos un gran conjunto de obras que las editoriales han rubricado
con el término juvenil, teniendo en cuenta, en apariencia, que se trata de
obras de aventuras o romance o una mezcla extraña de ambas, escritas en estilo
cinematográfico y cuyos protagonistas, de manera casi invariable, están entre
los trece y los diecinueve años de edad. Al menos, de manera general, podemos describir
así lo que nos encontramos en el mercado en la actualidad. Así, libros tan
disímiles como Harry Potter, Crepúsculo, las ventajas de ser
invisible o Bajo la misma estrella,
se pueden encontrar con el mismo rótulo. El signo del cine no es ajeno a
ninguno de estos títulos.
En Colombia
los éxitos cinematográficos han dejado su impronta en el mercado editorial. Un
ejemplo de ello es que al poco tiempo del éxito de la adaptación de El señor de los anillos, en muchas
librerías surgió una nueva sección: Ciencia ficción. Eso, sin importar qua la
obra de Tolkien no tiene ningún elemento de extrapolación científica. De esta
forma, las librerías amontonaron bajo ese mismo título las obras de Asimov, de
H.P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Robert E. Howard, Stephen King y J. K. Rowling,
solo por citar algunos. Por supuesto, y lo podemos constatar con el simple
hecho de que la sección todavía existe, se trató de un éxito en el mercado del
libro.
Hace poco
tiempo, en una de las sedes de nuestra “amada” Librería Nacional, buscando la
sección de Ciencia Ficción – en dónde no están títulos como: Dr. Jekill y Mr.
Hyde o 1984, pero sí Vampyr- me encontré con una nueva sección: Juvenil. Ahí se
encontraban agrupados títulos como Ghost
Girl, Bajo la misma estrella, El libro de los portales u Oscuros. Dicho de otra forma, todo
aquello que las editoriales han lanzado al apostrofado como Juvenil y que, a mi
parecer, se encuentran más o menos cortadas bajo la misma tijera. Se trata de
historias románticas que retratan amores- el amor debe aparecer aunque sea casi
innecesario o complique de manera inútil la trama como en Memorias de Idhún- o situaciones imposibles que un joven –el sexo
puede ser indistinto- a través de pocas reflexiones y una situación traumática supera
siendo transformado en el proceso. El lenguaje, como fue mencionado con
anterioridad, suele ser sencillo –no vaya a ser que el lector abandone si se
utilizan descripciones largas o palabras muy complicadas-, los diálogos rápidos
y efectistas y mucha acción. Todo esto configura un retrato robot que las
editoriales han hecho de la juventud de hoy en día. Aclaro, no digo que los
jóvenes sean así, digo que las editoriales han concebido así a los jóvenes.
Al mismo
tiempo, y siguiendo las enseñanzas adquiridas con Harry Potter, si se trata de
una saga, más o menos esquemática, mucho mejor. Por supuesto, y mencionarlo es
casi gratuito, son obras de fácil adaptación al medio audiovisual, no tardando
así en salir el libro cuando ya se anuncia la película.
Sin embargo
la juventud no es, por fortuna, todo lo que un retrato robot hace de ella, pero
eso será tema de la siguiente entrada en la que espero, querido lector, que aún
nos acompañes.
Leído.
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