Ilustradora: Mónica Naranjo Uribe
Editorial: Robot
Recomendado para: Jóvenes lectores
Novela gráfica
No comprendí a Silvia hasta que conocí este libro de Mónica Naranjo. Digo
que no comprendía, porque cada vez que Silvia relataba sus días en Europa,
pensaba que lo hacía con el malagradecimiento propio de quien ha cumplido un
sueño y debe buscar otro con rapidez para seguir escalando la infinita escalera
de los deseos.
La distancia entre
extraños se suma a la lista de libros que habla
sobre los migrantes. Junto con Emigrantes
de Shaun Tan –que acaba de revelárseme además como ominoso- muestra el lado de
aquel que no viaja por su propio deseo o con el ánimo de quien busca nuevas
sensaciones o paisajes, sino de aquel que se instala y tiene que sufrir nuevas
costumbres y formas de ver el mundo. Costumbres que no son propias ni lo serán,
paisajes que pronto se revelan como fríos o desprovistos de piedad para aquel
que no lo ame desde su nacimiento. Además
del idioma.
Cuadro a cuadro Naranjo nos va mostrando cómo el migrante –no el viajero ni
el turista- va relacionándose con los demás, danzando, por momentos
acercándose, alejándose por momentos. El encuentro con el otro es un camino
plagado de desconfianzas, ternuras y a veces desencuentros.
Para los latinoamericanos –alegres, cálidos, extrovertidos e invasivos-
vivir en otro país puede llegar a ser mucho más complicado dada la xenoglosia
francesa, la flema inglesa o lo directos que pueden ser los españoles.
Naranjo, a partir de viñetas y calendarios logra ilustrar con efectividad
cual puede ser esa distancia que se marca entre extraños.
Otro para leer.
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