Un puente hasta Therabithia



Autora: Katherine Paterson
Ilustradora: Donna Diamond
Editorial: Alfaguara
Recomendado para: lectores en marcha
Novela

Me gustan las palabras. Con las palabras hemos construido todo lo que tenemos alrededor, e incluso en nosotros mismos. Las palabras pueden cambiar con los tiempos, incluso en algunos casos mudar su significado, pero no dejan de comunicar; aunque se trate tan sólo del silencio o ignorancia o curiosidad. Me gusta que las palabras no necesiten de efectos especiales ni de efectos en tercera dimensión. Las palabras sólo apelan a lo que está en lo más profundo de nosotros. A ello se atienen, y en ello reside su magia.
Conocí Puente hasta Therabithia por la película homónima de hace unos cuatro o cinco años. Encontré un relato deslucido que sin embargo tenía elementos que me sobrecogieron y conmovieron. La parte que menos me convenció en su momento, fue ese elemento de magia que no se terminaba de asumir o de rechazar pero que parecía tener lugar. Por supuesto, el espectador podía decidirse por algunas de las dos posibilidades y ver que le ponía o le quitaba ello a la película. Ninguna de las dos posibilidades me convenció.
Hace poco, de nuevo entre los estantes de Nathalie, me encontré con la edición en español de Alfaguara. Eso, y una conversación reciente con Danny, que no dejaba de hablarme de los atributos y la belleza de la novela –en especial del capítulo No-, me decidieron a leérmela.
Lo primero que llamó mi atención fueron los años que tiene encima y la capacidad de actualización de la novela, o quizás su propia atemporalidad. Puente hasta Terabithia tiene un año más que yo y es muy actual, al punto que no sólo un lector americano se puede sentir identificado, si no cualquiera que haya sentido lo que es la amistad y la identificación, los sueños y el compañerismo. Su inicio es un poco desmañado, empero a medida que se van sucediendo los capítulos y aparece el maravilloso personaje de Leslie Burke, nos sentimos como en casa, comprendiendo las idas y venidas de este joven sensible que vive en un hogar que no está hecho para tales miramientos, donde el amor existe pero es poco expresado y cuando se expresa es de una manera torpe y brusca. Del otro lado del mundo llega Leslie a iluminar la vida de Jesse Oliver Aarons, Jr. Y entre ambos descubre su propio mundo mágico, Therabithia, en donde nadie ve lo que no se puede ver, si no que se constituye en un espacio que les es propio, que les pertenece por completo y que les permite ser a ellos mismos sin el temor del juicio externo.
Es también un relato acerca de la muerte, del primer encuentro con la pérdida y todo lo que ella implica.
Las ilustraciones de Donna Diamond, parecen deslucidas a través del tiempo. Están constituidas por unas pocas escenas literales, por algunas siluetas. Sin embargo me es difícil juzgarlas tan fuera de su tiempo y de su origen.
Puente hasta Therabithia es un buen ejemplo de que lo esencial parece escapar a los ojos del cine, al menos la mayoría de las veces.        

Comentarios

  1. Esta es una buena reseña. Para el libro hay que esperar leerlo para juzgarlo.

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